Las palabras son pistolas cargadas
No es que Jean-Paul Sartre sea santo de mi devoción, precisamente, pero no puedo estar más de acuerdo con su aforismo. Las palabras son pistolas cargadas. Cargadas de connotaciones, de prejuicios, de matices, de poesía, de amor, de odio, de esperanza; nunca son neutrales, como no lo es ninguna de las creaciones de la mente humana. Cada palabra, en cierto modo, es un aleph que encierra el universo en sí misma.
Hace muchos años que me interesa, por razones tanto académicas como personales, todo aquello relacionado con el lenguaje, con las diferentes lenguas y con la traducción. Temas inabarcables, con infinitos puntos de vista, que nunca dejarán de sorprender a quien se acerque a ellos. Después de mucho pensarlo, me he decidido a aprovechar esta modestísima tribuna para reflexionar en voz alta sobre estas cuestiones y comentarlas con quien quiera escucharme. Ni que decir tiene que no espero aportar nada original. No obstante, creo que en esta época en la que el exceso de información amenaza con ahogarnos (Arthur C. Clarke señaló que "información no es conocimiento, y conocimiento no es sabiduría"), sigue siendo imprescindible practicar la gimnasia mental y no permitir que se agote nuestra capacidad de asombro.
Hace muchos años que me interesa, por razones tanto académicas como personales, todo aquello relacionado con el lenguaje, con las diferentes lenguas y con la traducción. Temas inabarcables, con infinitos puntos de vista, que nunca dejarán de sorprender a quien se acerque a ellos. Después de mucho pensarlo, me he decidido a aprovechar esta modestísima tribuna para reflexionar en voz alta sobre estas cuestiones y comentarlas con quien quiera escucharme. Ni que decir tiene que no espero aportar nada original. No obstante, creo que en esta época en la que el exceso de información amenaza con ahogarnos (Arthur C. Clarke señaló que "información no es conocimiento, y conocimiento no es sabiduría"), sigue siendo imprescindible practicar la gimnasia mental y no permitir que se agote nuestra capacidad de asombro.
2 Comments:
Hola, Carlos. Estoy encantado de volver a encontrarme contigo. Ahora en esta "humilde tribuna" ( según tus palabras). Coincido plenamente contigo en que nunca las palabras son neutrales, aunque desde Derrida y otros se nos quiera adormecer haciendo que así lo creamos. Creo sin embargo que no todas las palabras podrían considerarse un aleph en sí mismas. Pero sin duda sí algunas como "palabra" por ejemplo. Creo que Borges así lo entendía.
Un fuerte abrazo.
By Ángel Macías, at domingo, marzo 27, 2005 11:56:00 p. m.
Mu cierto hermano!
By Anónimo, at jueves, mayo 08, 2008 8:41:00 p. m.
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