Las palabras son pistolas cargadas

jueves, octubre 12, 2006

Traducción: Traducir para un tirano | Translating for a tyrant

Me acuerdo ahora de un poeta venezolano de origen árabe que había sido contratado como traductor en Corea del Norte. Los documentos que debía traducir estaban encabezados por páginas enteras con la enumeración de los títulos de Kim il Sung [padre del actual dirigente Kim Jong-il], el Líder Máximo de allá. Nuestro ingenuo poeta, militante del comunismo venezolano, empezó a resumir esos títulos, esto es, a quitarle atributos verbales al jefe supremo, al padre de los pueblos, al benefactor de la patria. Un buen día fue llevado por funcionarios de la Seguridad desde su oficina de traductor a una celda de castigo. Estuvo allí varios años. Me acuerdo como si fuera hoy de los viajes de Miguel Otero Silva, novelista, millonario y militante del comunismo de Venezuela, que pasaba por París, almorzaba con Pablo Neruda en Chez Allard y seguía viaje a Pyong Yang para tratar de sacar en libertad a su compañero. Era la tiranía llevada a situaciones grotescas y crueles. Pero ocurre que el socialismo de la confrontación, de la agresión permanente, de la creación de enemigos, conduce a estos extremos.

Fragmento de «Aprender a ser libre», un interesante artículo del escritor chileno Jorge Edwards, Premio Cervantes en 1999, para la revista Letras Libres (vía Trampa 22.)

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