Las palabras son pistolas cargadas

miércoles, abril 20, 2005

Reflexiones de Saramago y Crystal sobre el lenguaje

El escritor portugués José Saramago participó ayer con varios poetas en un coloquio celebrado en Granada, tal como recoge esta noticia de la Agencia Efe publicada en Periodista Digital. En esa charla, Saramago hizo unas interesantes reflexiones sobre el lenguaje y cómo utilizarlo:

- Hablar correctamente significa "pensar bien y de modo justo".
- Con el paso del tiempo, la palabra y el lenguaje se van deteriorando, causa por la cual el ser humano en muchas ocasiones solo emite "gruñidos".
- Se debe usar un lenguaje "correcto y cultivado" en nuestras relaciones con los demás, porque "un buen uso de la palabra, también puede producir simpatías y risas entre compañeros".
- Al igual que un obrero mantiene limpios sus instrumentos de trabajo, "nosotros no debemos descuidar las herramientas con las que nos comunicamos", porque "cada palabra pesa y significa algo."

En pocas palabras: hay una manera "correcta" de expresarse, que implica disponer de una mente bien amueblada, y toda evolución lingüística es para peor. Si "descuidamos" nuestro modo de comunicarnos, acabaremos haciéndolo a base de "gruñidos".

Es muy ilustrativo contrastar este punto de vista (que, simplificando mucho, y sin ninguna intención peyorativa, podríamos denominar "purista"), muy autorizado por venir de quien viene, con otro no menos autorizado; el de David Crystal, uno de los expertos más importantes de la actualidad en el campo del lenguaje y las lenguas. Se acaba de publicar en España su último libro, La revolución del lenguaje (prólogo de Enrique Bernárdez y traducción de Francisco Muñoz de Bustillo. Madrid, Alianza Editorial, 2005. ISBN: 84-206-4730-6). Hablaremos más en profundidad de él y de las reflexiones de Crystal en los próximos días, pero, de momento, nos quedaremos con esta:

La posición contraria a adoptar palabras de otras lenguas encierra una falacia. Los puristas consideran que conduce a una transformación del carácter de la lengua, lo que supone un desastre. Si bien lo primero no deja de ser cierto, lo segundo no lo es en absoluto, como lo demuestra la historia de las lenguas [...]. Las palabras procedentes de otras lenguas siempre añaden valor semántico a la propia, permitiendo expresar los pensamientos de manera mucho más matizada. [...] De este modo, el lenguaje como un todo adquiere una nueva dimensión léxica de la que carecía con anterioridad. [...] yo valoro cada préstamo de mi repertorio lingüístico, y espero ilusionado el día en que los demás sientan lo mismo. (pp. 60-64)

Y ustedes, ¿qué opinan?

Por cierto, existe una bitácora (Saramago, opiniones) que recopila pensamientos, aforismos y reflexiones del Premio Nobel portugués. Vamos a terminar con una de ellas:

A las palabras hay que arrancarles la piel. No hay otra manera para entender de qué están hechas.

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