Las palabras son pistolas cargadas

miércoles, enero 25, 2006

Humor: Cómo localizar en sólo tres pasos | How to localize in three easy steps

La localización es mucho más fácil de lo que la mayoría de la gente cree. Véase el siguiente ejemplo:

1. Se toma un programa informático, cuanto más conocido mejor; por ejemplo, este:



2. Se toma un establecimiento (en este caso, de Almería):



3. Voilà! ¡Ya tenemos la localización hecha!



¿Ven qué sencillo? Si es que el DRAE no deja lugar a dudas:

localizar.
(De local e -izar).
1. tr. Fijar, encerrar en límites determinados. U. t. c. prnl.
2. tr. Averiguar el lugar en que se halla alguien o algo. Hasta ahora no hemos podido localizar al médico.
3. tr. Determinar o señalar el emplazamiento que debe tener alguien o algo.

Lástima que quien pergeñara la traducción mocosuena de «localización» para «localization» no lo hubiese leído antes.

[Vía El rincón de Jean Marie]

La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son (imagination consoles us for what we are not, humour for what we are). (Winston Churchill)

Lenguas: Los indios del Vaupés | The Vaupes River Indians

Ahora que en España estamos enfrascados en interminables debates sobre naciones y nacionalidades (debe ser que aquí los problemas de la sanidad, la educación, el desempleo, las infraestructuras, la justicia, la inmigración, la seguridad ciudadana, la lucha antiterrorista, el urbanismo... están ya resueltos), quizá sea buena idea rescatar una curiosa historia que demuestra lo borrosos que pueden llegar a ser los límites de una comunidad y de una lengua (y que les resultará familiar a mis antiguos compañeros de Facultad, pues aparecía recogida en una de nuestras lecturas obligatorias: El segundo amo del lenguaje, de Juan Luis Conde):

Los europeos estamos acostumbrados a denominar políglota a aquél que domina varias «lenguas nacionales», y solemos hablar de estos casos con admiración. Estamos además acostumbrados a equivocar cosas: suele confundirse «Estado» con «nación» o «pueblo» y, a su vez, tendemos a pensar que cada Estado posee una lengua común. Sin saberlo, mucha gente es jacobina. Sin embargo, en contra de esa opinión ingenua y corriente, la relación entre pueblos y lenguas es equívoca y ambigua.

En 1967, Arthur Sorensen dejó perplejos a los sesudos lectores del American Anthropologist con un pintoresco ejemplo de esas relaciones. Presentaba entonces a la comunidad científica los resultados de un trabajo de campo desarrollado durante varios años entre los habitantes indígenas de la cuenca del río Vaupés, una vasta extensión de territorio enclavado en la región noroccidental del Amazonas.

Diseminados por un área boscosa y húmeda del tamaño de Inglaterra, en asentamientos junto a la corriente de los ríos, unos diez mil indios comparten allí costumbres y formas de subsistencia, creencias religiosas, organización familiar -y una misma «lingua franca», el tukano. La importancia de esta lengua de intercambio se comprenderá teniendo en cuenta que las más de veinte tribus en que se divide este peculiar colectivo humano hablan otras tantas lenguas ininteligibles entre sí. Cada una de las tribus se distingue de las otras exclusivamente por su idioma: el tukano es sólo el de la más populosa e influyente.

Si a esta circunstancia se añade el hábito exógamo de estas tribus, la consecuencia será insólita: marido y mujer deben hablar necesariamente lenguas diferentes.

Sorensen apuntaba otra característica de las sociedades indígenas del Vaupés: son patrilocales, y eso significa que el matrimonio y su eventual descendencia han de residir en el territorio tribal del marido. La lengua que aprendan los hijos será la de la tribu paterna, pero su enseñanza corre a cargo de la madre -que obviamente la habla como una extranjera. En su exposición del informe, R. A. Hudson apostilla: es como si todos los niños británicos aprendieran a hablar inglés de las «au-pair» extranjeras...

En semejante mundo se cuentan tantos políglotas como remeros de canoa: amantes de los viajes siguiendo el curso de los mil ríos que surcan el área, el conocimiento del mayor número posible de otras lenguas se los facilita. Como facilita también los intercambios comerciales y, a las personas núbiles, la elección de pareja. Se aprenden idiomas hasta la vejez, siempre por razones muy prácticas y, desde luego, el políglota del Vaupés es por completo ajeno al prestigio y la admiración que su habilidad despertaría en otras latitudes.

Ante todo esto, los antropólogos se han preguntado con desconcierto: ¿qué consideramos aquí un «pueblo» distinto? ¿Cada tribu, en atención a sus lenguas distintas?, ¿o tal vez el colectivo entero por oposición a los «maku» -pobladores del mismo territorio, pero asentados lejos de los ríos-, los blancos y los mestizos? La arbitrariedad del colonialismo europeo, sin embargo, ha resuelto el problema de la más expeditiva de las maneras: lo sepan ellos mismos o lo ignoren, la mitad de los indios del Vaupés son colombianos, y la otra mitad, brasileños.


Enriquezcámonos con nuestras mutuas diferencias (enrichissons-nous de nos mutuelles différences) (Paul Valéry)

martes, enero 17, 2006

Traducción: Tarifas de traducción | Translation Rates

Margaret Marks en Transblawg sobre las tarifas de los traductores:

Sabemos que cada traductor cobra una tarifa diferente. Los traductores literarios traducen obras como Finnegans Wake y complementan sus ingresos vendiendo cerillas por las esquinas. Los traductores técnicos están atrapados por los sistemas de traducción asistida por ordenador y, como consecuencia, se ven obligados a cobrar cada vez menos debido a las repeticiones. Los traductores económicos tienen una tarifa de 500 libras esterlinas por página cuando traducen lujosos folletos de empresas que salen a Bolsa, pero les lleva varias semanas investigarlas. Y también están esos traductores freelance que cobran 15 libras por cada 1.000 palabras e ingresan 300 libras a la hora porque han contratado un harén de audiomecanógrafas.

Más sobre este tema aquí.

Hay muchas cosas en la vida más importantes que el dinero. ¡Pero cuestan tanto! (atribuida a Groucho Marx)

lunes, enero 16, 2006

Internet: Más bitácoras nuevas | More new weblogs

Antes de nada, quisiera desear a cuantos visitan esta bitácora un feliz 2006, aunque sea con retraso; si me descuido un poco más, tendría que felicitar ya 2007... En fin, como dice el viejo refrán, más vale tarde que nunca.

Durante las últimas semanas no he tenido oportunidad de escribir entradas en mi bitácora, pero he encontrado varias que por un motivo u otro me han resultado interesantes, y creo que merece la pena dedicarles un espacio aquí. Animo a todos mis lectores a que las visiten y las juzguen por sí mismos.

En primer lugar, dos bitácoras de autores latinoamericanos que tocan muchos temas diferentes, entre ellos la traducción:

- antrobiótica: del mexicano Alonso Ruvalcaba. Literatura, lengua, poesía...

- Espectro de Brocken: literatura, filosofía, poesía... y en ocasiones también traducción, siempre en torno a la vida y obra de Thomas de Quincey y de otros autores románticos.

A continuación, tres bitácoras que abordan cuestiones muy diferentes, pero que tienen algo en común en cuanto a la manera de tratarlas: un puntito de mala uva.

- bloGicamente: el periodista argentino Raúl Gallo ha creado este blog contra el uso de los adverbios terminados "en mente". Su lema es: «Por cada adverbio terminado en mente que uses, habrá muerto una neurona en tu cerebro». Espero poder comentar próximamente en un próximo post esta afirmación.

- El rincón de Jean Marie: traducción y lenguaje vistos desde una perspectiva muy personal. Un ejemplo: ¿alguien tenía dudas sobre la diferencia entre eficaz, efectivo y eficiente? Pues aquí quedan definitivamente por fin resueltas.

- Patada al diccionario: como su nombre sugiere, está dedicada a los errores lingüísticos, en especial a los que aparecen en los medios de comunicación. Su autor, Manuel Casal Lodeiro, se describe a sí mismo de esta guisa: "Gallego nacido en Barakaldo (Bizkaia). Consultor. Informático. Escritor. Dibujante. Activista. Crítico. Diletante. Sacadefectos. Linguófilo". Una persona polifacética, indudablemente sin duda. Aunque supongo que todos los que nos dedicamos a la traducción participamos, en mayor o menor medida, de las cuatro últimas características :o)

Otro blog que se ocupa de cuestiones lingüísticas (aunque con actualizaciones bastante esporádicas) es La hormiga que habla. Su autora es Rosana Ferreres.

Por último, una bitácora en inglés: Translation Maven. Hasta ahora, no había comentado ninguna bitácora que no estuviese en español, aunque la hubiera incluido en la lista de enlaces útiles. Pero con esta haré una excepción, porque se ocupa de las cuestiones que más interesan al traductor por cuenta propia (freelance): tarifas, plazos de entrega, trato con el cliente... Además, su autor, el traductor, lingüista y escritor Matt Ellsworth, es uno de esos casos de facilidad para los idiomas que me producen auténtica envidia y dejan mi autoestima a la altura del betún. Este caballero ha estudiado español, alemán, árabe y dialecto egipcio, ruso y algo de urdu y hebreo. Y por si esto fuera poco, entre 2000 y mediados de 2005 trabajó para el Departamento de Estado de EEUU traduciendo textos sobre desarme y seguridad internacional de italiano, francés, alemán, ruso y español a inglés. En fin, al menos, reconoce humildemente con humildad que «no es que maneje el italiano y el francés muy bien, pero con muchos glosarios y diccionarios a mano y trabajando de forma repetitiva sobre el mismo tema pude defenderme». Es un consuelo.

Lo dicho: visiten todas estas bitácoras... y disfrútenlas.

Soy una parte de todo aquello que he encontrado en mi camino (I am part of all that I have found on my road). (Alfred Tennyson)


 
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